Hace tiempo lo venimos diciendo algunos. Si se inicia la III Guerra Mundial nunca será como la esperamos. Lo más probable es que no la reconozcamos como tal hasta mucho después de su inicio.
Nunca existió el soldado que dijo "me voy a la Guerra de los Treinta Años". Tampoco ninguno de los que estuvieron presenciando el atentado del archiduque Francisco Fernando de Austria en las calles de Sarajevo dijo "ha empezado la Primera Guerra Mundial", o peor aún: "ha comenzado el conjunto de las guerras mundiales que asolará no sólo Europa durante toda la primera mitad del siglo XX".
Mi opinión es que la III Guerra ha comenzado ya. Posiblemente el pasado viernes. Pienso que ha sucedido como en la de Ucrania, la primera, la que comenzó en 2014. Un año del que el propio Trump no sólo no se acuerda, sino que osada y estúpidamente (algo inconcebible en todo un presidente de la primera potencia mundial con todos sus asesores) lleva la contraria a Zelensky, alguien que la sufrió en su país, en su carne, en su pueblo y en el de sus familiares siendo presidente de gobierno ¿Cómo estaban Trump y Vance para decir tal cosa incluso a gritos?
Pues bien, para decir que, con toda probabilidad, con la Guerra Mundial haya sucedido esto, me baso en el precedente del comienzo de la primera guerra de Ucrania, que empezó con el troleo ruso y la guerra híbrida mucho antes que formalmente se considerara como tal. Empezó con el troleo en las redes y aún antes, en su planificación.
De todo ello hablo en mi libro "Amenazas híbridas. El nuevo tipo de guerra de la Sociedad Digital" (1).
No han pasado ni dos días de las escenas del viernes y ya ha empezado el troleo sobre ellas con toda su fuerza. El troleo ruso sin ninguna duda. Lo evidencian esas imágenes de Tik Tok.
Nadie va a decir cómo se produjo o si estaba acordado el tenor de esa bronca, su escenografía con todos los medios y unas intervenciones, o las ausencias de ellas, argumentalmente tan preparadas e inusuales en ese marco, y sobre todo su orquestación con medios republicanos o afines, por un lado, y con tanto y tan apabullante como insolito troleo, sobre algo que evidentemente es lo contrario, en las redes, Tik Tok etc. No voy a decir que Putin y Trump o sus proxis se reunieran durante los días anteriores y se pusieran de acuerdo hasta en los mínimos detalles para la ejecución de una estrategia tan perfecta. Pero todo ello nos evoca milimétricamente lo ocurrido en otras ocasiones, incluida la campaña electoral del propio Trump en 2016, sobre:
- El inicio de tropos recurrentes increibles al principio pero que luego resultan asumidos, como que Zelinsky es un borracho, iba colocado de no se sabe qué, propició y fue el autor de la guerra y de las muertes por su contumacia contra el acuerdo, era incorrecto con su vestimenta y sus palabras, etc. etc etc.
- Hay un postpúblico que está dispuesto a aceptar todo. Incluido el republicano y los actuales seguidores de Trump en EE UU y los de los partidos europeos del entorno de Orban, entre los que está Vox, que progresivamente, primero silencian parte de las informaciones, o se ponen de perfil ante ellas, para luego dar carta de naturalidad a los tropos una vez que circulan por las redes en una cantidad crítica suficiente para ello, hasta que se convierten en convicciones para ellos.
- Hay bot y trolls en cantidad suficiente para crear ese estado de cosas y apalancar esa narrativa, no se sabe muy bien quién ni como los organiza pero que después de las investigaciones que conocemos de los casos anteriores (Crimea, Brexit, Escocia, Procés, elecciones de EE UU em 2016, elecciones de Macron en Francia,...) tenemos datos suficientes como para saber que existe un maquinaria como la que describimos en los citados libros (The Agency).
- Hay una orquestación de todo ello, de manera que los tiempos y las pautas estén calculadas.
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Y lo más grave es que todo esto no se queda aquí, sino que normalmente son pasos en lo que se considera una estrategia híbrida para crear el caos en las sociedades liberales y democráticas occidentales, a las que consideran débiles --- son el "pussy state", el "estado amariconado" en español, según los términos empleados por la intelectualidad rusa como Igor Panarin y Aleksandr Dugin, o acuñados académicamente por autores occidentales en un riguroso análisis, como Zelenkauskaitė, Darczewska y Iasiello --- Un caos que prepara el terreno a acciones como las invasiones o los golpes de estado conocidos anteriormente, con la pasividad de esas sociedades débiles y no inmunizadas frente al troleo y la acción híbrida.
Lo que sucederá, cuando esa sociedad pusilánime y desarmada, como es la europea, no reaccione, es fácil de suponer. Las acciones vioentas, o directamente bélicas, que entonces se produzcan a muchos seguramente les sorprenderán. Pero la realidad es que comenzaron el viernes pasado, cuanto menos y visiblemente, en el Despacho Oval de la Casa Blanca.
(1) Éste es el libro en tapa dura pero pueden leer la versión ebook de Amazon por sólo 0,89€. Pueden hacerlo con la aplicación gratuita Kindle.
También hay dos versiones académicas:
