viernes, 28 de febrero de 2020

El coronavirus, la universidad, la sostenibilidad y la educación abierta



Ante la alarma del coronavirus estos días están regresando del norte de Italia los estudiantes murcianos del programa Erasmus y de otros programas de intercambio universitario. En otras ciudades, comunidades e incluso países sucede algo parecido. Lo hacen porque las madres y los padres los llaman de forma vehemente, en algunos casos incluso de forma coercitiva, preocupados por las noticias que, de la ya declarada pandemia, se están produciendo. Como padre que he sido de estudiantes en esa situación y lo soy de universitario desplazado, los comprendo perfectamente y me solidarizo con ellos.

También diré que, desde los años ochenta, estoy preocupado y durante esos años he hecho lo que he podido porque la tecnología quite o palíe todo tipo de barreras para la educación. Para que adultos y personas en edad  de estudiar, que puede ser cualquiera, aprovechen al máximo, y con ellos la sociedad, sus posibilidades de desarrollo personal y sus capacidades con las menos limitaciones posibles. Lo he hecho tanto en el Ministerio de Educación español, en sus programas de tecnología educativa, como en mi comunidad autónoma en los programas educativos en los que estado, en las universidades donde he impartido docencia desde el año 1992, en las organizaciones en las que he estado, como profesor en el terreno y, desde 1997, en la capacitación de docentes universitarios y en la puesta en marcha de programas de docencia universitaria on line. Todos los que me conocen lo saben.

En resumen, he pasado la mayor parte de mi vida profesional ayudando a un aprendizaje sostenible que, al tiempo que mejore lo que se aprende y el desarrollo de las personas, no consuma papel o consuma el menos posible, y que a la gente le haga aprovechar más su tiempo aprendiendo allí donde esté en cada momento. También creo que he contribuido a que los individuos dediquen menos tiempo a desplazarse para adquirir un contenido de aprendizaje y que cuando lo hagan en tren, autobús o en transporte colectivo, lo cual es mucho tiempo hoy día en las grandes ciudades, puedan hacerlo estudiando o simplemente leyendo. En definitiva aprender más aprovechando mejor el tiempo y/o desplazándose menos.

Dicho esto, voy a ser crítico haciendo algunas preguntas, por las que también espero ser criticado. No me importa, me alegra. 

ABC del 13/06/2017 14:08h
Proyecto Erasmus y similares. Ya sé que, con este tipo de programas, se contribuye singularmente al conocimiento mutuo de los pueblos y de las gentes viajando y conviviendo. Lo acepto sin que nadie me lo demuestre. Pero todo es relativo. Esos objetivos ¿acaban alguna vez, están condicionados a alguna restricción, hay algún limite, quién o qué lo marca? ¿a qué coste es bueno hacerlo? La sociedad en la que estamos global e intercomunicada ¿ha tenido en cuenta los costes, contrapartidas, contingencias e incluso las amenazas y peligros que implica? ¿son siempre necesarios? ¿a qué coste?

En este apartado, para empezar, no querría incluir un tema que se pudiera cruzar con otros como son el de la calidad del aprendizaje ubicuo o el de la nueva interculturalidad que he tratado en otra partes, en una serie de posts académicos, en un artículo e incluso en un monográfico de RED. Pero ahí están y sería bueno echar una mirada. Tampoco sé si se ha evaluado la calidad de los aprendizajes propios de estos programas, de las habilidades especificas de los estudios de grado o de postgrado y de sus contenidos propios, en estos programas, no sólo evaluarlo en relación con lo que aprenden en su universidad u otra cercana, sino con lo que hipotéticamente pudieran aprender en otras modalidades de estudios, en línea, blended learning, flipped classroom,… en las universidades de destino.

Esta forma efímera de abordar la interculturalidad ha propendido hacia la banalización como decíamo sen el trabajo citado:
"(...) las metas y métodos de aprendizaje se han banalizado, se han transformado a lo largo del proceso. Byram (1992) lo describió muy bien: “... se ha convertido en la costumbre de enseñar lenguas extranjeras, como si los alumnos fueran a convertirse en turistas y veraneantes en el país extranjero. Se les enseña el lenguaje necesario para la supervivencia en este tipo de situaciones y se les da un poco de información "útil", más bien superficial sobre el país en cuestión. Sin embargo, esto no tiene ningún efecto sobre su visión de su propia identidad y la de los demás; se les invita implícitamente a permanecer firmemente anclada en sus propios valores y la cultura". Esta crítica es
válida en la actualidad, no solo en los aspectos de interculturización que hemos descrito, sino incluso [y cabría decir "sobre todo"] en los aspectos científicos. En definitiva se ha considerado la interculturalidad como una cuestión puramente lingüística. Pero pasar de la enseñanza de las culturas al desarrollo de la competencia intercultural es una tarea compleja para los profesores. El desarrollo de la competencia intercultural en los estudiantes implica un cambio desde un enfoque basado en la información a un enfoque basado en el dominio del análisis cultural y de la comunicación cultural, que permita a los alumnos interactuar con éxito con personas de otras culturas e identidades." y esto se consigue conactividades más profundas y prolongadas que sólo entornos tecnológicos abiertos y una pedagogía adecuada permite. 

Congresos. Hay un libro muy divertido de David Lodge sobre la vida universitaria y los congresos. Se titula en español “El mundo es un pañuelo”. Habla de la otra actividad de los investigadores en una despreocupada clave de humor. Es a finales de los años setenta, no existe ni mucho menos la preocupación, la urgencia en palabras de Greta Thunberg. Ello le permite hablar, de forma distendida y sin la presión actual, del desplazamiento incesante por aviones y aeropuertos de los profesores universitarios. También es verdad que entonces no había aparecido el low cost. Ahora sucede lo mismo, pero mucho más.

Cuando, en el día de la fecha de este post, escribo en Google, en mi laptop, la expresión climate change congress aparecen “aproximadamente 210.000.000 resultados en 0,59 segundos). Ninguna referencia a actividades en línea o almacenadas. Nada de webinars, podcasts, etc. Sin embargo aparecen destinos de los más variados: Distintos países europeos, Japón, Singapur,...
Referencias.-
Clark, D. (2020).  Coronavirus and climate change should accelerate online education and training...
Plan Bhttps://donaldclarkplanb.blogspot.com/2020/02/coronavirus-and-climate-change-should.html




La América Hispana un páramo de la edición científica no sólo en Educación y en Computación (y II)

En el   post anterior  se analizaban los dos rankings de SCImago-JCR,   sobre la base de datos de Scopus:  el  de paises por su producción c...