martes, 29 de abril de 2025

EL APAGÓN, EL CONCEPTO DE VARIABLE MATEMÁTICA Y LA FRAGILIDAD HUMANA

Ayer fue el apagón que nos llenó a todos de angustia y ansiedad por no saber qué era, cuáles serían sus consecuencias y, lo peor, hasta cuando duraría. Eso en el caso que pudiéramos pensar sobre esos temas y no estuviésemos atrapados viendo cómo salir de la situación.

Nadie nos ha dicho las causas y lo que creo que es peor, no las sabremos y si las sabemos porque alguien las dice, quién nos asegura que no es una narrativa más como las que tuvimos al principio de la pandemia y a lo largo de ella.

En las explicaciones que nos dieron los técnicos y expertos oficiales del Estado y de los medios únicamente se trataban aspectos materiales, mecánicos, como que para producirse debía de tratarse de algo harto improbable por las cautelas: La coincidencia en dos niveles consecutivos de un nodo en la producción, en el nivel n, y otro en el nivel n-1. Cuando ocurre esto todos sabemos, si es que lo recordamos de nuestros estudios de ESO o del antiguo Bachillerato Elemental, que la probabilidad compuesta de dos sucesos es muchísimo menor, casi imposible en este caso, que la probabilidad simple.

Hasta ahí todo claro, pero los técnicos hablaban como en el siglo XIX y en el XX, teniendo en cuenta los hechos materiales, la parte correspondiente a los mecanismos de ingeniería. Olvidaban y olvidan que hoy los mecanismos obedecen a los datos que suministra y soportan medios digitales. Un dato que hace saltar la alarma no es un datos objetivo y real, que se supone nítido y claro como si estuviese grabado en piedra. Es un dato, un número que ofrece como valor una variable matemática gestionada y soportada por un medio digital, en unos bits y en unos bytes, que ofrece una función matemática a otra en el contexto de un algoritmo. En función del cual el sistema físico responde automáticamente. De otra forma, mediante supervisión humana no sería posible así. 

Y sobre esto, la vulnerabilidad de este paso, nadie nos ha dado explicaciones, porque además nadie las pediría. Tal es la situación de marasmo intelectual y generalizado de la población.

Por mi experiencia docente, como profesional de formación de profesores y de profesionales, y en investigación educativa y del aprendizaje humano durante cincuenta años, sé que más de un noventa por ciento de la población, y ahí incluyo a ingenieros superiores, no comprenden correctamente el concepto de variable matemática. Algo básico en general y en lo que estamos diciendo. No distinguen variable de valor, ni de rango de variación, ni de valor de entrada y de salida de una función, y mucho menos distinguen el concepto de variable del de parámetro. Algo que se da por supuesto por conocido porque se encuentra entre los contenidos conceptuales mínimos del currículos español en los niveles preuniversitarios. Sin embargo, y este es otro tema, la evaluación no ha sido capaz de evidenciar que es así y nos hemos encontrado con gente en los niveles superiores y profesionales desconociéndolos.

Hace unos pocos años tuve que impartir unos seminarios y conferencias sobre docencia universitaria, particularmente sobre procedimientos de secuenciación de contenidos, en una prestigiosa (quizá la más) universidad tecnológica en la rama de Ingeniería Aeronáutica. Pues bien descubrí con asombro que nadie en la concurrencia pudo diferenciar con claridad una variable matemática de un parámetro. Pero esto es un caso extremo que sólo pone de relieve lo que pasa de forma previa en los niveles educativos anteriores.

Esto justificaría quizá el por qué nadie hasta ahora se ha parado a pensar que el origen del apagón estaría en la alteración de los valores de las variables que controlan la calidad y la seguridad del proceso. Nadie ha explicado las condiciones de seguridad de este proceso. Todos dicen que la seguridad es tan fina que el sistema salta y es sustituido por otro, si se la tercera cifra decimal de los hertzios sobrepasa el límite admisible. Pero nadie dice quién o como suministra e interpreta ese valor. El sistema no reacciona, al valor medido, directamente, sino al valor evaluado en un algoritmo que contiene una variable arrojada como dato de salida en una función, cuyo dato de entrada estuvo remotamente medido por un instrumento de medición todo lo fiable que se quiera. Pero no así la transformación y el  proceso digital y algorítmico.

En una contingencia profesional tuve la necesidad de meterme en el código fuente de un algoritmo para modificarlo sin que nadie se enterara. Fue tremendamente fácil. Con un editor sencillo, tipo bloc de notas, alteré una secuencia de una docena de caracteres que simplemente identificaban una marca corporativa que alguien había colocado ahí maliciosamente. Todo siguió funcionando igual y con normalidad, tuve la preocupación de no alterar la paridad del número de bytes. Pero podría haber sido otra cosa, la transformación del valor de salida en una variable cambiando adecuadamente los coeficientes de la función.

No hace falta revisar los miles o millones de líneas de los programas. Hay procedimientos de supervisión basados en el Teorema de Bayes (otra asignatura pendiente de la que habría que hablar), tomando como referencia lo sucedido hasta la fecha para asegurar que lo que suceda es lo posible.

El hecho es que nadie ha dicho nada de esto y lo más probable es que nadie lo diga, porque hay un público que no lo demanda porque no está formado. Son las consecuencias de un deficiente sistema educativo donde alumnos, padres y políticos siempre preguntan ¿para qué valen las matemáticas? Pues bien, entre otras cosas valen para esto, para pensar que el fallo de una estación o subestación eléctrica no está solamente en que una resistencia o un fusible se sobrecaliente demasiado, sino que el valor que suministra al algoritmo la variable matemática no es el mismo que tomó el aparato de medida. Algo que actualmente como algunos saben es muy importante en lo que se ha dado en llamar amenazas híbridas.

No diré más sobre esto, pero sí sobre las palabras de Álvaro Ponbo en su discurso ante el Rey en ela entrega del Premio Cervantes:

"La fragilidad es el gran tema que va con nosotros en toda nuestra vida y en todo nuestro día a día. Hoy sigue siendo, quizá más que nunca, el gran tema: la fragilidad ante la enfermedad, ante la soledad, ante la injusticia, ante la inseguridad, ante la falta de convicciones, ante las causas perdidas. La fragilidad del ser humano ante las más diversas instituciones que parece que no le amparan a uno, en una sociedad cada vez más ininteligible."

Imágenes obtenidas en Grok con el prompt "¿Puedes crear una imagen con gente siendo victima del apagón electrico de ayer o de otro similar. Gente angustiada en trenes y estaciones o intentando sacar dinero de los cajeros? Es estilo que sea realista.  Que la imagen de la ciudad sea genérica de ciudad española, con rasgos reconocibles de alguna de ellas"



EL APAGÓN, EL CONCEPTO DE VARIABLE MATEMÁTICA Y LA FRAGILIDAD HUMANA

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